miércoles, 11 de agosto de 2010

Dar lo que se tiene. (Graciela E. Prepelitche)



Un sabio llegó a la ciudad de Akbar, pero la gente no le dio mucha
importancia. El sabio sólo consiguió reunir a unos pocos jóvenes, mientras
el resto de los habitantes se reía de su trabajo.
Paseaba con su pequeño grupo de discípulos por la calle mayor, cuando un
grupo de hombres y mujeres empezó a insultarlo. En lugar de fingir que no se
daba cuenta, el sabio fue hacia ellos y los bendijo.
Al irse de allí, uno de sus discípulos comentó:
-Te dicen cosas horribles y les respondes con bellas palabras.
El sabio respondió:
-Cada uno de nosotros sólo puede ofrecer lo que tiene.

  

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